domingo, 17 de julio de 2011

HISTORIAS CRUZADAS:Trinos


Me tiene intrigado el canto de un pájaro desde hace unos días. El canto, con múltiples registros, gorjeos aflautados, trinos en serie y final apoteósico en pit, pit continuado, agudo pero agradable al oído, se oye claramente, dejando ecos sobre las aguas del pantano.

Sonidos melodiosos parecidos a este, los interpretan varios pájaros, por no decir muchos. Tiene partes de interpretación parecidas a las del jilguero, las del verderón, las de la alondra, las del mirlo común, por el pitido agudo, las del ruiseñor y las de la calandria, entre otros de los que yo conozco.

Esto no tendría nada de extraño, ni sería como para mantenerme en la intriga, si tuviera lugar durante el día, ya que desde el amanecer hasta que se pone el sol, todos los pájaros, o la inmensa mayoría, se lo pasan cantado.

Este, porque parece ser que tan solo es uno, se pasa toda la noche y parte del día cantando; desde que es noche cerrada hasta que ya ha amanecido. Después, en todo el día ya no se le oye. Y además, siempre lo oigo en la misma dirección: hacia las ramas de cuatro frondosos álamos blancos –chopos- que quedan al otro lado de la carretera, por frente a mi terraza.

Anoche, a eso de las dos de la madrugada, me asomé y allí estaba ya esparciendo su melodía en la noche y cantando bajo la lluvia. Esta mañana a las siete, hora en que me he levantado pues ya no aguantaba la opresión insoportable de mi vientre en la cama, ahí seguía con la interpretación de su melodía sin partitura.

¿Qué pájaro es? Me vuelvo a preguntar, ya que a algunos vecinos que he preguntado no saben nada unos y otros ni lo han oído por estar durmiendo a esas horas.
¿Será un mirlo que ensaya por las noches los tonos y registros de otros pájaros a los que oye durante el día, ya que son dados a la imitación canora?

¿Será una calandria pues el repertorio de sonidos es muy similar? Y dicho sea de paso, no sé si éstas cantan por la noche, ni si tiene todos esos registros en su repertorio.

Esto, lo de la calandria, me recuerda, y todas las noches, unos versos que nos decía mi padre, en las historias que nos contaba de su juventud.

Decía, que se reunían alrededor de la lumbre –el fuego u hoguera- unos cuantos compañeros labriegos, labradores u hortelanos, a contarse cuentos, chascarrillos y recitar versos, a ser posible creados por ellos mismos y si era en el momento, espontáneos, mejor que mejor.

Contaba que uno de ellos, no recuerdo bien si fue “Marianillo el tonto”, había creado lo sigiente, en lo que se pasaban la botella de vino de mano en mano, “para ir remojando el gargavero”:

¡Cómo canta la calandria!
¡Qué bien canta el ruiseñor!
Mejor canta la botella
en quitándola el tapón.



AdriPozuelo (A. M. A.)
20 de abril de 2011
Sacedón, Guadalajara

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